Prostitution:from slavery to human right? (Spanish) El trabajo sexual o prostitución ¿Derecho humano o esclavitud?
La
esclavitud, que pensábamos ya estaba abolida, ha tenido mil formas de
representación a través de la historia de la humanidad, ha resurgido en muchas
regiones del mundo con una cara nueva y moderna. Como en antaño, las que han
sido más afectadas por los nuevos grilletes han sido las mujeres y niñas,
especialmente por la prostitución sexual. Esta forma de utilización de la mujer,
que ha sido una constante a través de los siglos, culturas y medios de
comunicación, se ha ido trivializando y minimizando su naturaleza erosiva que,
de muchas formas, alimenta el tráfico de personas.
En
intentos fallidos por atacar o reducir el problema, la dialéctica y concepción
de su dinámica ha “evolucionado”. Muchos de los esfuerzos para proteger y
ayudar a las mujeres que ejercen la prostitución, han empujado a esta actividad
de lastre social al “trabajo sexual”, y últimamente ha llegado al grado de ser
exigido como “derecho humano” por algunas organizaciones como Amnistía
Internacional. (1)
Esta
evolución en los términos y marcos legales ¿Darán por fin un respiro a las
miles de mujeres que sufren sus efectos? ¿O seguirá justificándose esta
esclavitud arropada por la cultura utilitarista de nuestro tiempo?
La
experiencia de países que ya han transitado por estos caminos puede darnos una
pista. Tal es el caso de Dinamarca y Alemania, donde la prostitución ha
alcanzado la legalización y regulación en diferentes grados. A partir del 2004
y 2002, cuando esto ocurrió, desgraciadamente el número de prostitutas aumentó
y desde entonces el tráfico de personas ha aumentado también proporcionalmente.
Un
caso similar, pero con métodos y resultados contrastantes, es el de Suecia, donde
después de años de legalización han retornado a un tipo de penalización (1999)
que ha resultado un poco más eficaz en la protección de la mujer: la
penalización del cliente en vez de la prostituta. En este país el número de
prostitutas es 30 a 40 veces menor que en Dinamarca. Además en Dinamarca las mujeres
que han sufrido de la trata de personas han sido 2,500 contra solo 500 en
Suecia en el mismo período del 2004. (2)
Inclusive
en algunos países de Europa donde se da la libertad de ejercer la prostitución
en forma individual, además de castigar a los intermediarios o burdeles
(proxenetismo), que muchas veces son los que las explotan, los niveles de
tráfico de personas es mayor que en los países donde es ilegal cualquier tipo
de comercialización sexual.
Fuente: Jakobsson, N.
& Kotsadam, A. (2011). The Law and Economics of international Sex Slavery:
Prostitution Law and Trafficking for sexual Exploitation. European Journal of
Law and Economics,
Según
explican los investigadores del London School of Economics and Political
Science: Cho, Seo-Young Cho, Axel Dreher y Eric Neumayer en su estudio del 2013,
que una de las razones que explican este fenómeno es que el efecto de
“escalada” (aumento de la actividad después de una legalización) rebasa al
efecto “sustitución” (las prostitutas legales son más buscadas por los clientes
y sustituyen a las ilegales). (3)
Toda
esta experiencia de años en los países de mayor desarrollo del mundo dejan ver
que la respuesta a este problema complejo que ataca principalmente a mujeres y
niñas, no radica en validar una actividad que es de por sí degradante y cuya
dinámica tiende al sometimiento y abuso de la persona. Aún inclusive cuando el
fin sea beneficiarlas al mejorar las condiciones en que realizan dicha
actividad. Lo único que se logra así es pavimentar el camino a la esclavitud de
la trata de personas en la que muchas de ellas se ven atrapadas.
Lo que
ha resultado eficaz en la prevención de esta “esclavitud moderna” de niñas y
mujeres es la penalización de la prostitución y que cualquier modo de
comercialización sexual de las personas sea ilegal en todos los países.
Por
Ana Elena Barroso
@mujer_catolica
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