What condom campaigns teach us about succesfull STD prevention (Spanish) A condón quitado: la realidad de este método tras 20 años.

It seems that in the United States this measure has had opposite effects to what was sought, and the irony is that the central factor of failure has been something that the Catholic Church has insisted for years on this issue.

Desde hace décadas, los gobiernos y organismos internacionales han basado sus métodos de prevención de embarazos adolescentes y enfermedades de transmisión sexual ETS en el uso del condón, con la certeza de que la distribución libre y gratuita de  condones resolvería los problemas que el sexo desprotegido acarrea a los jóvenes. Pero al parecer, en Estados Unidos esta medida ha producido efectos contrarios al que se buscaba, y lo irónico es que el factor central del fracaso ha sido algo en lo que la Iglesia Católica ha insistido por años alrededor de este tema.



En un estudio realizado por Kasey Buckles y Daniel Hungerman del National Bureau Of Economic Research de la Universidad de Notre Dame se encontró que durante las campañas de prevención del SIDA de 1990 de distribución gratuita de condones en las escuelas públicas de Estados Unidos los embarazos adolescentes  aumentaron en un 10%. Además de registrarse una elevación en la transmisión de la gonorrea en ese mismo año. Y aún después de los esfuerzos constantes de anticoncepción en los años posteriores, los Estados Unidos es hoy, el país industrializado con el nivel más alto de embarazos adolescentes en el mundo.(1)

Pero la parte que llama más la atención de este fracaso en política demográfica es el hecho de que los condados en donde ocurrió el incremento de la fertilidad y de gonorrea en los adolescentes fue en aquellos en donde los condones se ponían al alcance de los jóvenes por medio de máquinas despachadoras o en canastas al alcance de todos. En cambio en las escuelas en donde los condones se entregaban a través de la enfermera o de un asesor asignado que proveía una sesión de consulta, los niveles de embarazos adolescentes se mantuvo sin aumento.(2)

Sorprendentemente la parte que tenía el efecto preventivo no era la disponibilidad de los condones, sino la asesoría y tiempo dedicado por un adulto a los adolescentes.

Estos  resultados de décadas de experiencia anticonceptiva y antinatalista llevan a confirmar que la insistencia de la fe Católica en el cuidado personal y cercano que se necesita en la educación sexual de los jóvenes y adolescentes es lo que logra reducir los embarazos y las enfermedades sexuales, a veces mortales. Además la Iglesia subraya que este tipo de formación es mucho más efectiva cuando es dada por los propios padres dentro de la familia, pues siempre serán los modelos de donde los adolescentes aprenden los hábitos y valores que rigen sus vidas, y donde el respeto, la castidad, el saber esperar, la valoración del otro más allá del ámbito sexual se hace propio.

Ya es tiempo de que se escuche a la Iglesia, con su  amplia experiencia en humanidad, cuando habla de temas tan importantes como éste y que se deje de ridiculizar sus posturas preventivas en muchas áreas, so pretexto de que son “anticuadas” o “retrogradas”.    


Por Ana Elena Barroso         @mujer_catolica








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