What gender forgot. (Spanish) Lo que el género olvidó.

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En estos tiempos modernos cada día se habla más de género. Ha inundado los medios de comunicación, las redes sociales y cada día ha ido penetrando en todas las áreas de la vida cultural, mediática y últimamente en el área educativa. Se ha adueñado de una agenda pendiente, cultivada por el abandono hacia las mujeres, grupos vulnerables y las personas que se debaten internamente en su sexualidad.



Estas preocupaciones genuinas a las que ha tratado de responder esta ideología no son originales ni exclusivas de sus constructores, pues la la fe católica las ha atendido, combatido y trabajado para hacer conciencia de sus raíces y efectos desde hace siglos ,dentro de todas las culturas y tiempos donde ha estado presente. Preocupaciones centenarias sobre el respeto a cada persona en su particular y diferente condición, la pobreza y rezago desproporcionado de mujeres,de niños, ancianos enfermos y personas con diferentes discapacidades. La desvalorización y subordinación de la mujer y de su labor y trabajo en los diversos ámbitos :familiar,social, laboral ó político, junto con la responsabilidad de las labores del hogar y familia que han recaído sobre exclusivemente sobre ella. Todas estas actitudes, formas e inequidades se han dado en muchas culturas, e inclusive ,al interior de la misma Iglesia.


Esto ha dado lugar a rigidez y fijeza que demoraron la necesaria y progresiva inculturación del mensaje genuino con el que Jesús proclamó igual dignidad entre el hombre y la mujer, dando lugar a acusaciones de un cierto machismo más o menos disfrazado de motivaciones religiosas. (1)





Por eso la Iglesia Católica, una vez más, revisita estas problemáticas a través de un documento clave que la Congregación para la Educación Católica ha publicado el 10 de junio de este año:Hombre y mujer los creó. Para una vía de diálogo sobre la cuestión del gender en la educación”, donde responde a estas necesidades reales a partir de la perspectiva integral de la naturaleza humana que la fe católica comparte con la ciencia:





La visión antropológica cristiana ve en la sexualidad un elemento básico de la personalidad, un modo propio de ser, de manifestarse, de comunicarse con los demás, de sentir, de expresar y de vivir el amor humano. Por eso, es parte integrante del desarrollo de la personalidad y de su proceso educativo.”

La educación afectivo-sexual considera la totalidad de la persona y exige, por tanto, la integración de los elementos biológicos, psico-afectivos, sociales y espirituales”. (2 )





Y trata de prevenir acerca de aspectos erosivos que la ideología de género propone en su intento de aplicar soluciones rápidas y efectivas a problemáticas de fondo que deja sin respuestas y sin salida. Esta dinámica superficial y fenomenológica ya empieza a afectar a la persona humana como ahora se puede ver en los efectos que el ingreso de sus principios ha producido en el área educativa entre niños y jóvenes. ( 3)



Tal es el caso del proceso de “desnaturalización” y alejamiento del conocimiento científico y “relativismo” que esta ideología lleva como eje principal ,además de su “negación de las diferencias y reciprocidad del hombre y de la mujer”, de su rama de “no discriminación” que hace de las diferencias puntos de choque y enfrentamiento y de la necesidad de su eliminación total” una de sus advocaciones mas agresivas.






Las teorías del gender indican – especialmente las más radicales – un proceso progresivo de desnaturalización o alejamiento de la naturaleza hacia una opción total para la decisión del sujeto emocional. Con esta actitud, la identidad sexual y la familia se convierten en dimensiones de la “liquidez” y la “fluidez” posmodernas: fundadas solo sobre una mal entendida libertad del sentir y del querer, más que en la verdad del ser; en el deseo momentáneo del impulso emocional y en la voluntad individual.”



La “no discriminación” oculta una ideología que niega la diferencia y la reciprocidad natural del hombre y la mujer. «En vez de combatir las interpretaciones negativas de la diferencia sexual, que mortifican su valencia irreductible para la dignidad humana, se quiere cancelar, de hecho, esta diferencia, proponiendo técnicas y prácticas que hacen que sea irrelevante para el desarrollo de la persona y de las relaciones humanas.” ( 4 )






Agrega a todo lo anterior, la total descalificación de la familia como el ecosistema de desarrollo natural de las personas, al igualarla con otras estructuras de convivencia y minimizar los efectos que en el desarrollo de niños y jóvenes ya está teniendo el crecimiento en “otros tipos de familias”: (5)










Pero la utopía de lo “neutro” elimina, al mismo tiempo, tanto la dignidad humana de la constitución sexualmente diferente como la cualidad personal de la transmisión generativa de la vida ». Se vacía –

de esta manera – la base antropológica de la familia.” ( 6)








Image result for IGLESIA CATOLICA SOBRE GENEROPor todo lo anterior es importante no perder o suprimir facetas de la persona humana y de su gradualidad en sus interrelaciónes con los demás en las etapas educativas y de desarrollo, empezando por la familia natural, pues eso previene mucha de la problematica que preocupa al género. Por eso en el proceso de desarrollo y entidades educativas es importante una visión apegada a la ciencia y que considere la integralidad de la naturaleza humana y de la centralidad de la familia como ecosistema primero e irremplazable de desarrollo.





Sobre todo en los esfuerzo de formación de la sexualidad y de la identidad de las personas, de las que el género se ocupa obsesivamente, y que son parte fundamental del ser, la familia no puede ser minimizada ni suplantada, sino apoyada y complementada en forma coordinada con la escuela y las estructuras educativas donde se desarrrollan los menores.







Por: Ana Elena Barroso





(2) idem


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